Tanto los unicornios argentinos como las grandes empresas internacionales tienen su propio staff de desarrolladores. Las claves del fenómeno.
Los argentinos que viajan al exterior suelen sentirse «orgullosos» cuando ven algunos de los productos nacionales más emblemáticos –como el vino o la carne– en restaurantes o supermercados de las principales ciudades.
Pero 150 años después de haber peleado por el título de «granero del mundo» por su carácter agroexportador, el país tiene un producto propio que es consumido por millones de habitantes en todo el planeta. Todo el tiempo. Y en todo lugar.
En efecto, la Argentina hoy es una de las principales proveedoras globales del software que motoriza buena parte de las aplicaciones y plataformas del momento. Ya sea «fabricado» por los unicornios argentinos, como por empresas internacionales que tienen sus centros de desarrollo en estas tierras.
Tanto es así que durante 2018 se exportaron u$s1.700 millones en concepto de servicios vinculados a la alta tecnología, sobre una facturación total de u$s3.283 millones. Así, este segmento va ganando protagonismo a paso firme dentro de la balanza comercial.
A esto hay añadirle la reciente promulgación de la Ley de Economía del Conocimiento, que apunta a generar una verdadera «revolución productiva» en el campo de la innovación.
Tal como diera cuenta iProUP, la flamante normativa, que tiene como antecedente la Ley de Software, amplía los beneficios de este programa que vence en diciembre y los extiende hasta 2030. Se espera que alcance a 11.000 compañías y genere hasta 215.000 empleos altamente calificados.
La norma beneficia con rebajas fiscales y aportes patronales a la industria –no sólo del software, sino que incluye también otras ramas creativas– para que el sector genere u$s15.000 millones anuales en facturación y 200.000 puestos de empleo.
Como parámetro, el principal producto de exportación (soja) generó divisas por u$s7.558 millones y representó un cuarto de las ventas totales. Es decir, el ambicioso plan proyecta que en no más de diez años la mitad de lo que venda el país al exterior sea «conocimiento».
El buen clima de inversión que promete la ley de la Economía del Conocimiento provocó que muchas empresas con negocios a escala global acentúen sus planes para contar con un centro de desarrollo de software en la Argentina. Y se esperan nuevos desembolsos.
Tierra fértil para el software
Aníbal Carmona, presidente de la Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos (CESSI), señala que la Argentina cuenta con gran cantidad de polos y clústers que son «caldo de cultivo» para que las grandes tecnológicas apuesten por el país.
«Tienen una universidad, empresas, espacios de coworking y políticas públicas que permiten que eso suceda», destaca el directivo, quien destaca que estos hubs no hay que calificarlos por la cantidad de empresas ni por los metros cuadrados, sino por el número de conexiones posibles con compañías locales y globales.
En Argentina hay 50 clusters industriales que reúnen a 10.000 firmas, según consignan del Ministerio de Producción, siendo el principal rubro el de alimentos. Sin embargo, hay otro segmento asoma con fuerza: los clusters tecnológicos, que además de estar «a pleno» cuentan con un mayor desarrollo de innovaciones.
En diálogo con iProUP, Mariano Mayer, secretario de Emprendedores y Pymes de la Nación, afirma: «Lo que permite el desarrollo de un país son sus recursos humanos, su investigación tecnológica, su infraestructura, sus mercados de capitales, entre otros factores».
Hoy día, se vienen desarrollando con fuerza los clusters TIC, que agrupan a más de 1.500 empresas y ya emplean a 45.000 personas. Si bien Buenos Aires juega un rol central, en el interior conviven varios de ellos para fomentar la industria del conocimiento.
Según Mayer, «dentro de los clusters, estas iniciativas juegan un rol clave como generadoras de nuevos emprendimientos y articuladoras entre empresas y emprendedores». De esta manera se promueve la innovación, se financian buenas ideas y se garantiza que los servicios sean dados por aquellas startups que la propia firma apoyó y vio crecer.
La Secretaría de Emprendedores y Pymes (Sepyme) revela a iProUP que, en los últimos años, «se trabajó intensamente en el desarrollo productivo a través de la clusterización y de la conformación de grupos asociativos locales». Detalla que desde 2016 se conformaron 21 clusters, 31 grupos asociativos y 39 proyectos.
Desde la cartera también indican que se incentivó el nacimiento de centros de servicios tecnológicos con la intención de incrementar la competitividad de empresas a través de la innovación y la mejora productiva en distintas localidades.
Por caso, Mercado Libre arrancó con su primer centro de desarrollo fuera de Capital Federal, en San Luis, pero ya tiene instalaciones en Vicente López, Parque Patricios y Saavedra. En total, ya cuenta con 3.700 empleados.
No es el único unicornio que posee varios puntos de innovación en el territorio. Globant tiene 12: la ciudad de Buenos Aires, Tandil (cerca de la universidad donde se graduaron sus cuatro cofundadores), Rosario, Córdoba, Tucumán y Mendoza son algunas de las ciudades donde hizo pie el software factory.
Tal capilaridad de centros responde a la cantidad de proyectos de sus clientes globales, entre los cuales se destaca Google: fueron el primer proveedor fuera de Googleplex, es decir, las oficinas centrales del gigante.
«Diseñamos la transformación digital de uno de los parques de diversiones más grandes del mundo, acercamos a los clientes de una línea aérea con una estrategia digital de 360 grados y nos asociamos con EA para los juegos FIFA, UFC y NHL», cuenta a iProUPPatricia Pomies, Chief Delivery Officer de Globant.
Otro caso es el de Despegar, que también posee centros de desarrollo en Capital (Parque Patricios y Puerto Madero), La Plata y –el recientemente inaugurado– en Córdoba. Ya cuenta con casi 900 desarrolladores abocados a crear soluciones para toda la región.
«En Argentina tenemos la ventaja de tener cierta masa crítica de empresas innovadoras, un ecosistema bastante consolidado respecto de la región y un sistema educativo abierto y accesible, lo que hace que tengamos una buena base disponible de talento», señala a iProUP Carlos Álvarez, gerente de Tecnología (CTO) de la compañía.
El país es tan próspero para el desarrollo de software que OLX, otro unicornio, mantiene su staff de ingenieros en Argentina pese a que abandonó la operación local, ya que sólo suponía el 2% de su negocio.
«OLX cerró sus operaciones en febrero. Ya no hay equipo comercial ni de operaciones: sólo quedó el hub tecnológico que trabaja para otros mercados», confirman a iProUP fuentes cercanas a la compañía creada por Alec Oxenford, que emplea a unas 270 personas en sus sedes de Córdoba y Buenos Aires.
«Microsoft, IBM y otros vendors internacionales también tienen sus centros de innovación», remarca Carmona, mostrando cómo las empresas globales también apuestan al talento local. En efecto, algunos de los servicios más populares que utilizan los argentinos fueron desarrollados por sus compatriotas, como algunas funciones de la app de delivery Rappi.
«Cuando comenzamos a contratar talento para la operación, tuvimos conversaciones con el equipo de Colombia. Y nos dimos cuenta de que la Argentina se destacaba en Latinoamérica por su perfil muy bueno en tecnología», asegura a iProUP Matías Casoy, country manager de Rappi.
La startup abrió su primer centro fuera de Colombia, con 120 ingenieros que dan soporte a Latinoamérica desde el país. De esta forma, la mitad de su staff local corresponde a perfiles técnicos. «Contamos con desarrolladores de ciertas tecnologías en particular, de algoritmos, de personalización. También hacemos el contenido de usuarios, ruteos, seguimiento de repartidores, sistemas de pagos y de fraude», enumera.
Estos profesionales están repartidos entre sus nuevas oficinas de Buenos Aires (en el límite entre Palermo y Colegiales) y teletrabajadores en Tandil y Santa Fe, «conectados a través de herramientas de comunicación y repositorios de software donde todos van colaborando con su aporte».
En tanto que Glovo, su principal competidor entre las apps de reparto a domilicio, todavía no dispone de un centro de desarrollo, si bien es una posibilidad que la empresa de origen español tiene en carpeta.
«Glovo viene sondeando la idea de abrir un segundo hub de tecnología fuera de Barcelona. Por mi experiencia en Mercado Libre, tiende a ser complejo contar con centros de desarrollos dispersos geográficamente», señala a iProUP Martín Rubino, country manager de la compañía.
IBM, presente hace 95 años en el país, también está jugando fuerte para su desarrollo, con el foco en inteligencia artificial, nube, blockchain, seguridad, impresión 3D e Internet de las Cosas. «En 2018, invertimos u$s15 millones para expandir las capacidades de innovación digital e impulsar la adopción y transformación tecnológica de clientes, startups y universidades argentinas», revela iProUP Román Zambrano, gerente de Tecnología (CTO) de la filial local de IBM.
Otra firma que apuesta al talento argentino es la estadounidense GlobalLogic, un software factory que posee casi 400 ingenieros trabajando en sus sedes de Buenos Aires, La Plata y Mendoza, además de coworkings en San Juan y Mar del Plata y empleados remotos. Con sede central en San Francisco, EE.UU., la compañía diseña soluciones para Amazon, Samsung, HP, Coca Cola y otras empresas de consumo masivo. Y según afirman, están en constante búsqueda de nuevos talentos en el país.
Las causas del avance
Para Carmona, de la CESSI, el gran momento del sector tiene que ver con el cumplimiento lo que se conoce como «Triángulo de Sábato», concepto esgrimido por el físico argentino Jorge Sábato y que postula que el desarrollo en ciencia y tecnología debe basarse en una interrelación aceitada entre el Gobierno, las universidades y las empresas.
«El diferencial local está en la creatividad y la resolución de problemas. El talento sólo no alcanza, sino que hay tener la capacidad en transformarlo en software. El trabajador argentino está es arriba de la media global y se caracteriza por sus posibilidades de innovar», completa el directivo.
Según Álvarez, de Despegar, el país no tiene ningún «bug» en cuanto a talento comparado con otros mercados. «Nosotros no buscamos talentos de inteligencia artificial por fuera de Argentina y eso está evaluado por informes realizados por expertos independientes», agrega.
«Venimos trabajando con inteligencia artificial en predicciones de comportamiento en base a compras. Ya estamos analizando la información que tenemos y lo iremos profundizando en los próximos meses», remarca Casoy, de Rappi.
En efecto, el Global Skills Index, elaborado por la plataforma de elearning Coursera, dejó a la Argentina en el primer puesto entre los profesionales con conocimientos de tecnología. Por eso, no sólo Mercado Libre está apostando a la inteligencia artificial en su centro de Córdoba, sino que hasta IBM diseña componentes de su sistema Watson en Tandil, a través de su laboratorio de innovación Silvergate, compuesto por 25 profesionales conectados con colegas de la compañía que viven en otros países.
«Parte del equipo de SilverGate vive en Tandil, donde trabajamos activamente con el ecosistema local, como universidades, startups, emprendedores y empresas. Realizamos workshops y capacitaciones en universidades y para emprendedores, donde aplicamos tecnología como Watson, Internet de las Cosas, Blockchain y nube para acelerar el desarrollo de proyectos que resuelvan problemas reales», señala Zambrano.
Al talento de los perfiles técnicos, las políticas públicas y el ecosistema emprendedor se suma otro punto: la promulgación de la Ley de Economías del Conocimiento, que ofrecerá beneficios fiscales a las empresas –entre ellas, las de tecnología– con vocación exportadora.
«Bajará el costo argentino. Reduce la carga tributaria al nivel de poder competir a nivel global y abre todos los mercados, ya que se puede tener a cuenta de Ganancias todo lo que tributado en otros países. Eso es de un impacto enorme», señala Carmona.
En este punto coinciden desde Globallogic: «Ayudará a impulsar la mejora de procesos, aumentar la eficiencia, bajar costos y generar innovación para todos los sectores de la economía».
De hecho, gran parte de las empresas ya tenía planes de aumentar su dotación de personal informático, los cuales se confirmaron tras la llegada de la ley. Mercado Libre planea incorporar 1.250 puestos este año, en tanto que Despegar sumará perfiles en base al crecimiento de la empresa. Por su parte, Rappi estudia contratar a 120 y así duplicar su staff «techie».
«La Ley nos da la tranquilidad de que el sector seguirá hacia adelante, que nosotros y nuestras inversiones tendremos futuro y soporte. Planeamos seguir creciendo y expandiéndonos en ciudades del interior, además de ampliar las oficinas en Buenos Aires», indica Pomies, de Globant.
Esta necesidad de nuevos talentos enciende señales de alerta sobre la oferta de profesionales disponibles en el mercado. El directivo de la CESSI adelanta que la entidad está esforzándose junto a las universidades para crear carreras más cortas.
La idea es generar los más de 200.000 puestos que se requerirán en los próximos años en país para una industria que, según Pomies, genera 1 millón de empleos anuales a nivel global. El presente local es menos alentador: «Hoy, al sector le están faltando 9.000 profesionales», lamenta Carmona.
Desde Globallogic, subrayan que «más allá de la Ley, estamos trabajando en unos objetivos de crecimiento en la región, pues a medida que crecen nuestros proyectos, la necesidad de contratación es primordial».
«No sólo estamos contratando muy buenos perfiles técnicos, sino también de gestión. Tienen más que ver con gerenciar equipos regionales y complejos, definir proyectos, ejecutarlos», revela Casoy.
Por su parte, Globant también incorporará personal técnico, especialmente en especialidades como IA, Experiencia de Usuario (UX), Internet de las Cosas (IoT), Cloud yBig Data como respuesta a «las revoluciones cognitiva y digital, que están afectando la forma en que las empresas se conectan con consumidores y empleados».
«La Argentina tiene un potencial enorme de crecimiento en áreas estratégicas como energías renovables, agro, salud e investigación. Contamos con profesionales de primer nivel capaces de impulsar ese desarrollo. Y por el otro, es clave la explosión que vivimos de emprendedores y startups», revela Zambrano.
Este interés se empieza a notar no sólo en la cantidad de empresas y nuevos emprendimientos, sino en la llegada de los venture capitals, un segmento poco desarrollado en la región y que comienza a crecer con la llegada de gigantes de talla mundial.
Uno de ellos es Softbank, el coloso japonés de las telecomunicaciones, que dedicará u$s5.000 milones a emprendimientos latinoamericanos con aspiraciones de unicornio. Ya puso u$s1.000 millones en Rappi y negocia un importante desembolso en la brasileña Nubank, considerada el banco digital más importante fuera de Asia con una valuación superior a los u$s4.000 millones. Y hasta designó a Andy Freire como su representante local, quien afirma a iProUP que ya tiene 15 proyectos identificados. Pero no es el único.
«Empezamos a sentir en la Cámara la presencia de fondos de riesgo que salen a descubrir hubs de emprendimientos con ideas salvajes. Uno es Softbank, pero también aparecen otros fondos del ‘Silicon Valley’ que comienzan a ver reglas claras y oportunidades en la Argentina», destaca Carmona.
Los principales videojuegos, las apps del momento y hasta la inteligencia artificial detrás de asistentes virtuales: gran parte de los servicios digitales más usados van incorporando desarrollos realizados en la Argentina, convertida ahora en el software factory del mundo.
FUENTE:
www.iproup.com
Por Alejandro D’Agostino